domingo, 9 de mayo de 2010

EL ALMA DE LA REVOLUCIÓN.



“Dulce como la miel y dura como un diamante” fue el calificativo elegido para referirse a Celia Sánchez Manduley por su sobrino, Sergio Sánchez del Campo.
HOY se conmemora el natalicio, en su aniversario NOVENTA, de esa mujer excepcional, que dedicó su vida a la obra de la Revolución y a velar por los derechos de los más humildes.
NO se puede hablar de la lucha contra la tiranía batistiana, sin aludir al papel fundamental que jugó Celia en la clandestinidad, en la Sierra Maestra y en la construcción de la sociedad que soñó.
Grande en su modestia y sencillez, generosa, alegre, apasionada y exigente en cuestiones de principios, poseía un intenso afán creador y dejó su huella en cada rincón de Cuba. Celia fue la imagen del pueblo y el alma de la Revolución.

DEDICACIÓN FILIAL A TODA PRUEBA.

Una de las facetas menos conocidas de la vida de Celia Sánchez fue su amor por la familia. Sus sobrinos, Sergio y José (Pepín) Sánchez del Campo comentaron a Radio Reloj que Celia se trasladó desde Granma a Santiago de Cuba para ayudar a su hermana Silvia en cada uno de sus partos. Durante su infancia, Sergio y Pepín pasaron las vacaciones en el pueblo de Pilón.
En los días tórridos del verano, Celia los llevaba a la playa y los enseñó a pescar. A sus sobrinos les daba apodos cariñosos. Ellos la llamaban MA MíA y la consideraban una autoridad dentro de la familia.
Sergio Sánchez afirmó que Celia fue una persona fenomenal que influyó decisivamente en su educación, en la formación de sus concepciones y le enseñó el significado de las palabras entrega y sacrificio por un ideal.

LA MADRINA DE LA CALLE ONCE.

Junto a los vínculos que sostenía con sus hermanos y sobrinos, Celia Sanchéz desarrolló otros lazos; pues creó una familia integrada por sus hijos adoptivos.
Desde MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y NUEVE recibió en su apartamento de la calle ONCE, en el Vedado habanero, a niños campesinos y de otros países. EXIQUIO y ONDINA Ménedez, Teresa y Fidel Lamorú, Eugenia Palomares, Antonio Luis García y Ramón Fuentes, arribaron a la casa de Celia y permanecieron a su lado durante más de QUINCE años.
A pesar de sus múltiples responsabilidades, Celia siempre se ocupó de sus hijos adoptivos. Acudía a las reuniones de padres que se celebraban en la escuela donde estudiaban y lo apuntaba todo en su agenda. A sus niños les inculcó el amor por la historia de Cuba, los educó como revolucionarios y los aconsejó sobre el camino a escoger en la vida.

CELIA: UNA MADRE EXCEPCIONAL

Este año cuando se conmemora el natalicio de Celia Sánchez Manduley, en su aniversario NOVENTA, los niños que crió la recuerdan como una madre. Teresa Lamorú expresó a que cuando se encuentra ante alguna disyuntiva, siempre piensa en cómo hubiera actuado Celia y en ser consecuente con los principios que le inculcó.
EXIQUIO Menéndez la añora como su más entrañable amiga, la persona en la que siempre confió. Ondina le agradece a Celia que le mostrara el verdadero significado de las palabras sencillez y modestia. Fidelito consagró su vida al trabajo, y Ramón Fuentes rememora cómo ella lo ayudó a ser un hombre valiente.
En el día de las Madres, sus familiares e hijos adoptivos están orgullosos del legado de Celia Sánchez y de ser, al igual que ella, defensores incondicionales de la Revolución

No hay comentarios: