miércoles, 27 de noviembre de 2013

TRIBUTO A HÉROES ANÓNIMOS


Por : Haydée Hernández Carrillo Como una hora terrible para el pueblo de Cuba calificó Manuel Sanguily el vil asesinato de los OCHO estudiantes de Medicina a manos de voluntarios españoles, el VEINTISIETE de Noviembre de MIL OCHOCIENTOS SETENTA y UNO en la explanada de La Punta. A las CINCO de la tarde de ese día, Alonso Álvarez de la Campa, Ángel Laborde, José de Marcos Medina, Carlos Augusto de la Torre, Eladio González, Pascual Rodríguez, Anacleto Bermúdez y Carlos Verdugo fueron las víctimas de uno de los crímenes más recordados desde hace CIENTO CUARENTA Y DOS años. Sin embargo, NO fue el martirio de los estudiantes el único hecho histórico ocurrido ese día en la La Punta. Como noticia intrascendente figura en las actas el hallazgo de CINCO cadáveres de negros muertos a bayonetazos y tiros. ¿Quiénes eran esos hombres y qué hacían en ese lugar ? Cuba callaba y sufría por la impunidad de las tropas españolas, dispuestas a asesinar a OCHO estudiantes de medicina el VEINTISIETE de Noviembre de MIL OCHOCIENTOS SETENTA Y UNO. Sin embargo, CINCO hombres negros, hicieron gala de valentía y a las ONCE de la mañana de ese aciago día se enfrentaron al pelotón de voluntarios. Refieren testimonios de la época que antes de ser abatidos consiguieron acabar con la vida del teniente de artillería y de otro individuo. Aunque esos hombres negros fueron enterrados como desconocidos, investigaciones históricas posteriores señalan que pertencían a la secta ABAKÚA. Su ataque tenía como objetivo evitar el vil crimen efectuado por la soldadesca española. HOY a CIENTO CUARENTA Y DOS años de esos hechos, Radio Rejoj recuerda a esos CINCO héroes anónimos de la Patria, quiénes supieron morir por la justicia y también merecen el tributo del todo el pueblo.

sábado, 8 de junio de 2013

OCULTO EN SU PECHO BRAVO.


Por : Haydée Hernández Más allá de ser un recio jinete que machete en mano causaba pavor a las tropas españolas, el General Antonio Maceo también fue un hombre de dolores escondidos. Quizás, el más profundo de ellos fue el amor que sintiera por su único hijo; fruto de la relación extramatrimonial con Amelia Marryat. El hijo del Titán de Bronce nació en el año MIL OCHOCIENTOS OCHENTA Y UNO en Jamaica y recibió el reconocimiento inmediato de su papá, quien le puso su nombre. A pesar de los movimientos que realizó el héroe de Baraguá por varios países durante los años de la Tregua Fecunda, nunca dejó de preocuparse por la manutención del niño y escribía a sus amigos: “yo quiero que Toño estudie para que se haga un hombre de bien”. ( El General Antonio Maceo y Grajales siempre amó a su hijo, Antonio Maceo MARRYAT y asumió su cuidado en el año MIL OCHOCIENTOS NOVENTA Y UNO. El niño vivió al lado del Titán de Bronce en Costa Rica y estudió en un colegio de la ciudad de Cartago. Antes de partir a la guerra de MIL OCHOCIENTOS NOVENTA Y CINCO, Maceo se despidió de su joven vástago con un abrazo. Desde la manigua cubana, el lugarteniente general en jefe del Ejército Libertador enviaba mensualidades para pagar el colegio del adolescente. Después de la muerte del general Antonio, la delegación en Estados Unidos del Partido Revolucionario Cubano sufragó los gastos del colegio de Antonio Maceo Marryat. Al terminar la guerra, Tomás Estrada Palma asumió la tutoría del joven, quien estudió ingeniería en el colegio norteamericano de Cornell.
UN CIUDADANO EJEMPLAR. Antonio Maceo Marryat, hijo del héroe de Baraguá siempre honró la memoria de su padre y se convirtió en un hombre de bien. En MIL NOVECIENTOS CUATRO pisó la tierra cubana y cuentan los que lo conocieron que era la viva imagen del Titán de Bronce. La Isla acogió hasta su muerte al descendiente directo de ese gran guerrero. Durante muchos años, Antonio Maceo Marryat laboró como Ingeniero en la Secretaría de Obras Públicas y nunca se dejó corromper por la politiquería de la seudorepública. El descendiente del Titán de Bronce prefirió llevar una vida modesta y sin ostentaciones. Ese fue el mejor homenaje que le rindiera a Maceo, pues cumplió con el deseo de su padre: llevó con orgullo el título de buen ciudadano que da brillo y grandeza cuando se obtiene sin mancha.

lunes, 29 de abril de 2013

PARA DIGNIFICAR SU VIDA.


Por: Celia Haydée Lamorú y Haydée Hernández Dicen que el hecho más alentador es la incuestionable capacidad del ser humano para dignificar su vida por medio del esfuerzo consciente. María Rosa Perdigón, Heroína del Trabajo de la República de Cuba es un ejemplo de esa afirmación. Esa septuagenaria, siempre ha luchado contra muros de dificultades. “Desde mi adolescencia trabajé en el ensarte de tabaco en Pinar del Río –asevera. Después del triunfo de la Revolución, María Rosa se incorporó a las Milicias Nacionales Revolucionarias. Durante la invasión mercenaria perpetrada por Playa Girón, la combatiente protegió a su Patria de las fauces del imperialismo yanqui. Esa campesina declara: “cuando contaba con TREINTA Y CUATRO años de edad, me incorporé como machetera a la Brigada Victoria de Girón”. María Rosa Perdigón, Heroína del Trabajo de la República de Cuba, asistió durante más de VEINTE años a las zafras del país. La septuagenaria recuerda: “A pesar de ser madre de CUATRO hijos, nunca falté al trabajo”. En el año 1961, se convirtió en la primera mujer de La Habana en cortar más de TREINTA Y UN MIL arrobas de caña. “Después traté de superar mis logros-señala - así llegué a ser Héroe del Trabajo de la República de Cuba”. Esa extraordinaria mujer se mantiene activa. “Este primero de mayo iré al desfile en la Plaza de la Revolución-afirma- ese es mi deber como miembro de la clase obrera”. María Rosa es una persona que alcanzó la grandeza, porque perseveró en una obra de la que emergió victoriosa.

sábado, 9 de marzo de 2013

PROEZA DE HÉROES.


Por : Celia Haydée Lamorú Para llevar la lucha guerrillera a todos los rincones de la Sierra Maestra, se creó el Segundo Frente Oriental “Frank País García” hace 55 años. Uno de sus fundadores, el coronel José Arias Sotomayor, recordó como las columnas 6 y 3, al mando de los Comandantes Raúl Castro Ruz y Juan Almeida Bosque, partieron de Pata de la Mesa. “En aquel entonces yo era primer teniente y estaba en el pelotón de Ciro Frías”. Afirmó el combatiente que Raúl organizó el traslado de la tropa en 3 etapas y denominó la operación “Frank País”. “La marcha requirió de sacrificio -señala -atravesamos la carretera Central, pasamos por Mangos de Baraguá y le rendimos tributo a Antonio Maceo y bajo el bombardeo de la tiranía, arribamos a Piloto del Medio”. Arias Sotomayor declaró que en solo 20 horas lograron llegar a su lugar de destino y abrir el nuevo frente de combate. La fundación del Segundo Frente Oriental “Frank País García” el 11 de Marzo de 1958 permitió extender la lucha contra la tiranía de Batista hacia otros lugares de la Sierra Maestra. Al rememorar ese hecho el coronel José Arias Sotomayor dijo: “de inmediato Raúl creó Comités de Campesinos Revolucionarios que realizaban labores de inteligencia y abastecimiento. Además, comenzamos a hostigar al enemigo y yo personalmente participé en una VEINTENA de combates”. “La fundación del Segundo Frente Oriental “Frank País” llevó la luz a muchas vidas pues amplió la visión de muchos campesinos que al igual que hice yo un día, se integraron a la las filas del Ejército Rebelde para ayudar a hacer realidad el sueño de una Cuba independiente y soberana”.

domingo, 6 de enero de 2013

POR LOS SUEÑOS LIBERTARIOS.


por: Haydée Hernández Un maremágnum de alegría sacudía a Cuba en los primeros días de Enero de 1959. Los sueños libertarios de Martí se convertían en realidad y los barbudos arrancaban los territorios del país de manos de las huestes batistianas. El combatiente del Ejército Rebelde, Eloy Panque Blanco (BAYAMO) rememora: “La columna 6 del Segundo Frente Oriental Frank País entró en la ciudad de Guantánamo el primero de Enero. Mi jefe, el Comandante Efigenio Ameijeiras, me nombró capitán de la policía en esa urbe. Rápidamente se realizaron los juicios a los esbirros –señala Eloy- después me dieron la orden de preparar al pelotón, pues íbamos rumbo a La Habana.Nos montamos en carros, guaguas y camiones para llegar a Camagüey, pues allí debíamos tomar un avión hasta la capital del país”. En los primeros días de enero de MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y NUEVE la Columna SEIS del Segundo Frente Oriental “Frank País” se dirigía hacía La Habana en medio de la algarabía de la población. “Pasamos por la ciudad de Bayamo -expresa Eloy Paneque Blanco-, allí vivía mi madre y yo le pedí permiso a mi jefe, Efigenio Ameijeiras, para ir a verla. Al regresar, la tropa había seguido sin mí, así que tuve que continuar en carro por la carretera”. El 8 de Enero en el Cotorro el combatiente se encontró con la Caravana liderada por Fidel. “Había muchísima gente, –recuerda- de repente, vi al Comandante Juan Almeida Bosque quien me preguntó si quería unirme a ellos”. Eloy titubeó porque NO tenía el permiso de Efigenio Ameijeiras y prefirió ir a encontrarse con su jefe, quien había asumido la jefatura de la Policía Nacional. El 8 de enero de 1959 el entusiasmo calaba las calles habaneras. Eloy Panque Blanco rememora: “Era una locura de alegría, la gente se tiraba en la calle, nos tocaban las manos, la barba y se lanzaban delante de los carros”. “Después de unirme a la columna de Efigenio Ameijeiras, nos dieron la misión de proteger a Fidel en su camino hacia Ciudad Libertad” -indica el combatiente. Allí, el líder de la Revolución se dirigió a un pueblo, que esperaba jubiloso sus palabras. Considera Eloy que la Caravana de la Libertad fue el despertar de un sueño y asevera: “Nunca voy a volver a vivir un momento como ese, porque ese día comprendí que con nuestra lucha habíamos logrado hacer realidad los anhelos de Martí y Guiteras y de todos los caídos. Ya el pueblo cubano era dueño de su futuro”.