miércoles, 21 de diciembre de 2011

PARA DERRIBAR LA DICTADURA DE LA IGNORANCIA.

Por: Celia Haydée Lamorú y Haydée Hernández

EL Movimiento de Maestros Voluntarios surgió para llevar la educación a los lugares mas apartados de la geografía de la Isla y acabar con el analfabetismo, flagelo heredado del capitalismo.
En abril de MIL NOVECIENTOS SESENTA Fidel Castro, líder histórico de la Revolución, convocó a los jóvenes que quisieran incorporarse a las zonas rurales para enseñar a leer y escribir a los niños campesinos.
Esta era la primera tarea planteada a la juventud en el ámbito educacional y fue recibida con gran entusiasmo por las nuevas generaciones que dieron su brazo en la honrosa tarea de ilustrar al pueblo de la Sierra Maestra.
Muchos fueron los que concurrieron al llamado, y organizados en varios grupos subieron a las montañas del oriente cubano y comenzaron su preparación para enfrentarse a las difíciles condiciones de la serranía en los campamentos creados en Minas de Frío.
PREPARADOS PARA LA VIDA.
Para que los jóvenes maestros voluntarios provenientes de las ciudades, pudieran adaptarse a las condiciones de las montañas era necesaria una preparación física. Ese primer grupo destinado a educar a la población de las serranías fue ubicado en los campamentos Meriño, Central, el Roble, la Magdalena y Los Cocos donde recibieron una instrucción pedagógica, política y militar que fortaleció sus convicciones y los preparó para la vida. Clases de infantería, arme y desarme de fusiles, combinados con instrucción profesional, así como el fomento de la independencia personal y la capacidad de sacrificio forjaron el carácter de esos profesores noveles. Como colofón de ese curso intensivo, había que subir el Turquino, que simbolizaba el triunfo de la voluntad de esos jóvenes, casi niños sobre circunstancias adversas y su disposición de llevar la enseñanza a los lugares más recónditos de Cuba
AL PUESTO DE COMBATE.
En la graduación del primer contingente de Maestros Voluntarios, realizada el VEINTINUEVE de agosto de MIL NOVECIENTOS SESENTA en la Ciudad de La Habana. El Comandante en Jefe, Fidel Castro pronunció las palabras centrales del acto y les dijo: Ustedes tienen que ser en cada lugar la representación de la cultura, la moral y deben ser ejemplo, en cada uno de los lugares donde vayan a trabajar. Juana Marisela Estrada Garzón, recuerda ese día especial en que se inició como maestra y como en la Sierra Maestra los jóvenes educadores voluntarios realizaron una labor pedagógica, pero también política y social pues se convirtieron en los impulsores de los programas de la Revolución y en el ejemplo a seguir por los niños campesinos, muchos de los cuales, siguieron sus pasos y HOY recuerdan agradecidos sus enseñanzas